METODOLOGÍA BÁSICA PARA VALORAR CADA UNA DE LAS CAPACIDADES FÍSICAS
La evaluación de la condición física se basa en un conjunto de pruebas empleadas para medir el rendimiento físico. Estas pruebas, las cuales permiten valorar el estado de forma de las personas, deben ofrecernos una información objetiva, fiable y válida que nos servirá de base para planificar correctamente los objetivos perseguidos.
Para poder aprender y practicar cualquier actividad físico-deportiva se requiere un cierto nivel de condición física y, su desarrollo, resulta pues muy importante.
Para poder aprender y practicar cualquier actividad físico-deportiva se requiere un cierto nivel de condición física y, su desarrollo, resulta pues muy importante.
Entre las características más importantes que debe cumplir una prueba destacan:
- Validez: que mida exactamente lo que se pretende medir.
- Fiabilidad: es la precisión con la que se obtienen los resultados, de manera que cuando lo aplicamos dos o más veces a un mismo individuo en circunstancias similares obtenemos resultados análogos.
- Objetividad: Si se aplica el mismo test a un grupo por diferentes examinadores sus resultados deberían ser idénticos.
- Discriminabilidad: la prueba debe situar de una manera clara al alumno/a con respecto a los demás y con respecto a un baremo.
- Estandarización: debe ser uniforme y contrastado por una población grande.
- Facilidad: su aplicación no debe ser complicada no requerir excesivo tiempo.
- Adecuación: también debe adaptarse a las características de los sujetos a los que se aplica.
Del mismo modo, siempre que realicemos un test habrá que tener presente que pueden producirse errores, debidos a causas:
- Físicas: aparato mal calibrado
- Psicológicas: distinta motivación de los alumnos.
- Fisiológicas: diferentes temperaturas ambientales, estado de salud, hora en que ha comido, calentamiento...
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